jueves, 25 de noviembre de 2010

Marina Abramovic,



Marina Abramovic, (Belgrado, Yugoslavia 1946) con esta performance que recoge a través del registro fotográfico, evoca a la influencia que el contexto político vinculado al comunismo del que ella procede hace mella en las reflexiones sobre su existencia, así de esta manera con una cuchilla que aún conserva en la mano, somete su vientre a la tortura de la incisión del símbolo de la estrella.

Acción que pudiera resultar similar a la que realiza Pane en Psyché, 1974 (fig. 31) por ser el vientre el nexo de unión simbólica. Una de las partes del cuerpo que pudiera ser más representativa de la condición femenina, por referirse directamente a la maternidad.


Abramovic realiza todas sus performance a través de la experiencia corporal, sometiéndolo a toda clase de alteraciones que en alguna ocasión la ha llevado a perder el conocimiento en la práctica de alguna de ellas. Pretende hacer una exploración sobre las fronteras que el cuerpo puede llegar a experimentar, sobrepasándolas, y en consecuencia una reflexión entre la conexión del sujeto, la mente con el cuerpo e incluso los comportamientos sociales antes la posibilidad de sobrepasar los límites de la coexistencia con el Otro en la colectividad.

En Ritmo 0, (1974) adquiere un rol totalmente pasivo con la intención de reflexionar sobre la relación del artista con el público. Para ello se exhibió durante seis horas rodeada de 74 objetos que proporcionaban experiencias placenteras, pero también otros que producían dolor como tijeras, cuchillos, un látigo, hasta una pistola y una bala.

En un inicio el público se mostraba reacio a intervenir sobre su cuerpo, pero poco a poco empezaba a mostrar un comportamiento cada vez más violento que llegó al punto de que alguien introdujo la bala en la pistola y le apuntó, mientras ella permanecía inmóvil ante esta acción.

Con esas reacciones violentas del público nos hacemos una reflexión sobre dónde están los límites ante una situación de sumisión total, como fue la de la artista durante toda la acción; y en qué momento se cruza la barrera de la “cordura” ante el hecho de agresión y violencia al Otro que se intensifica cada vez más al no recibir por parte del sujeto ningún tipo de respuesta.


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