Ana Mendieta (La Habana, 1948-1985), representante que no podemos obviar en este análisis del uso del cuerpo como instrumento principal del discurso. Ella alude a la sangre convirtiéndola en parte esencial de su obra, dotándola de una simbología que va desde lo mágico y poderoso, pasando por la religión y la tradición. La sangre animal es utilizada en muchas ocasiones vinculada a la significación de su obra con la naturaleza, realizando rituales de purificación como si de un sacrificio se tratara.
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